las odiseas de la vida

Hoy comienzo con este blog. Compartiendo las odiseas de la vida, si Homero hubiera vivido en esta época hubiera tenido que rescribir la travesía de Ulises. Los obstáculos que tuvo que enfrentar al regreso de la guerra de troya, son iguales a los que vivimos en la vida moderna.

A veces con la venia de los dioses soplado a favor otros contra de aquellos dioses que guardan rencores antiguos impidiendo el camino. Los moustros que nos enfrentamos en la vida diaria.

Quien no ha sido retenido en la isla de Calipso, con amores posesivos que no nos dejan continuar nuestro camino, que nos retienen con un amor desmedido, egoísta, que disfrazan de amor, el miedo a la soledad.

En la trasvesías de la vida, vivimos rodeados de Lotófagos que despues de comer loto ya no quieren ir a ningún lado, aquellos que se aferran a lo poquito que tienen, que se conforman, que permanecen por el simple hecho de permanecer, y que solo trabajan cuando son obligados hacerlo. Cuantos Cíclopes hay en esta vida moderna. Aquellos que solo tienen un ojo, que solo pueden ver para una sola dirección, que no perciben más que lo que tienen de frente, cuya verdad es única y total. Claro que hay un rey de ellos, un gigante sentado en un alto cargo, Polífemo, cegado por visiones restringidas y cortas, que con su tamaño le permite comerse a los que estan a su alrededor, sin ver, solo tentando.

El mundo esta lleno de Antropófagos, que viven de comerse a los demás, se alimentan de espíritus y voluntades, eruptando calumnias, rumores, injurias. Saben que si no se comen a los demás no pueden sobrevivir, tienden a morir, su supervivencia esta basada en las acciones de los demás, en comer a todos aquellos que pongan en riesgo la permanencia.

Tambien estan aquellos que cuando llegan a un puesto y prueban las mieles de Circe, (poder) se convierten en cerdos. De vez en cuando hay que hacer un alto en el camino lo mejor es bajar al Hades para recurrir a los amigos a los maestros que nos indiquen el camino que debemos retomar, encontrar dentro de uno mismo la luz a seguir.

los cantos de las Sirenas son siempre tentadores, aquellos que te ofrecen oropel, triunfos vacíos, victorias inmediatas que terminan pronto. Cuantos caen en esos cantos y se pierden, se requiere ponerse mucha cera en los oídos para no caer en esos cantos tentadores que pretenden sacarnos de nuestro rumbo, romper nuestros principios, coartar nuestra dignidad. Que díficil es no ir detrás de esos cantos cuando el rumbo se torna oscuro y complicado.

En el camino las dos opciones son Escila y Carbdis. Escila el moustro de muchas cabezas de perro que con ladridos no intensos pero si ferocez se comen a la sociedad; cabezas de políticos, administradores, seudolideres que ladran poco pero con su voracidad destrozan a la sociedad. Caribdis el moustro que vive bajos las rocas que por la niebla no se puede percibir pero que esta ahí acechando y cuando se levanta absorbe gran cantidad de agua llevándose todo lo que hay de vida. y devolviéndolo en un horrible y veloz remolino ya sin vida. Los caribdis de nuestra vida no los percibimos pero ahí estan listos para atacar, para absorber nuestra energía, succionando logros para devorarlos y convertirlos en nada.

Pero al final nos espera en casa el amor, la lealtad y la felicidad, Penelope, Eumeno, el perro Argos, todas aquellas amigas y amigos, que esperan el regreso no del héroe de la guerra, si no al ser humano. Aquellos que no importa el tiempo siempre estan leales, fieles a lo que somos y a lo que queremos ser. Ese es el único y más valiosos de los tesoros que recibimos al final de nuestras odiseas.

De esas odiseas que vivimos diariamente, de esas, que apartir de hoy compartiré con el que quiera leerme.
Bienvenido a la odisea de la vida.